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EL RETO.
Pista 0 nació y creció con un territorio claro: hardware, mantenimiento y reparación. Ese anclaje le dio reputación y negocio, pero también un límite. Llegó el momento en el que la compañía quiso abrir una nueva línea enfocada a software, servicios gestionados y suscripciones en redes, y quería hacerlo sin confundir a sus clientes actuales. Era el momento de trabajar su arquitectura.
La marca debía evolucionar hacia lo digital sin caer en el cliché frío del sector. Mostrar tecnología de forma clara y cercana, crear una identidad identificable y longeva y ordenar un relato que conviviera con la historia de Pista 0. En términos de diseño, eso implicaba modernización y una lectura más amable del universo tech. Una sensibilidad que expresamos con decisiones como la tipografía de inspiración “código” y ajustes formales para suavizar su carácter.
El desafío estratégico iba más allá del logotipo. Quisimos separar con nitidez dos lógicas de valor (venta puntual vs. servicio) manteniendo un hilo conductor. La toma de decisión con el naming fue para apuntar al territorio del sector. Wise + TIC.
Convertimos Wisetic en una arquitectura, tono y sistema capaces de explicar, en segundos, qué allí había algo de Pista 0. Pasamos a ser una propuesta de gestión continua. Incluso los códigos visuales (el punto y el “slash” como inicio/fin y atención permanente) debían sostener esa idea de servicio vivo e independiente.


Convertimos Wisetic en una arquitectura, tono y sistema capaces de explicar, en segundos, qué allí había algo de Pista 0. Pasamos a ser una propuesta de gestión continua. Incluso los códigos visuales (el punto y el “slash” como inicio/fin y atención permanente) debían sostener esa idea de servicio vivo e independiente.
Porque, en realidad, el reto no era “vestir” una línea nueva, sino reencuadrar la percepción. Pasar de “arreglar máquinas” a gestionar decisiones tecnológicas en el tiempo, con una identidad propia, cercana y preparada para escalar sin romper el vínculo con su origen.
























