¿Por qué viajar con niños tenía que ser tan complicado?

Cómo una idea simple se convirtió en una marca lista para conquistar Europa. Y cómo el branding, la tecnología y la estrategia digital se unieron para diseñar un nuevo hábito de consumo.

Viajar con niños pequeños suele venir acompañado de una lista infinita de objetos imprescindibles: cochecitos, cunas, sillas de coche, accesorios… A menudo, eso se traduce en maletas desbordadas, gastos innecesarios y un estrés adicional que condiciona la experiencia del viaje.

Strollaround nació para dar respuesta a una necesidad real: facilitar la vida de las familias viajeras. Una idea tan sencilla como poderosa: alquilar productos de puericultura en destino, de forma segura, limpia y cómoda. Lo justo. Lo necesario. Lo práctico. Una alternativa al consumo excesivo y a los modelos de propiedad tradicionales.

Y ahí entró identty.

Cuando Strollaround llegó a nuestras manos, era una startup en fase temprana, con la ambición de escalar rápido. Necesitaba una marca capaz de reflejar confianza, calidez y profesionalidad. Y, sobre todo, necesitaba transformar un servicio logístico en una experiencia de marca emocional.

Nuestro trabajo incluyó:

1. Definición de marca: estrategia de posicionamiento y arquetipo de marca.

2. Diseño del universo gráfico: identidad visual cálida, moderna y flexible, pensada para el entorno digital y físico.

3. Identidad verbal: tono cercano y honesto, con un enfoque educativo y empático.

4. Rediseño completo de la plataforma digital: ecommerce intuitivo para alquilar cochecitos, sillas de coche o cunas en solo 5 clics.

5. Diseño y desarrollo de la app: para una experiencia fluida, geolocalizada y móvil-first.

6. Campañas de captación digital: estrategia full funnel de paid media, contenidos editoriales y colaboraciones con influencers de maternidad y turismo familiar.

En menos de un año, Strollaround pasó de una operación en Barcelona a estar activa en 4 grandes ciudades de España. Estableció acuerdos con hoteles, guarderías y agentes turísticos. Y su modelo de negocio estaba preparado para exportarse a mercados europeos como Francia, Italia o Portugal.

La marca había logrado posicionarse como un referente en un nuevo hábito de consumo: el alquiler de productos infantiles como alternativa práctica, sostenible y experiencial.

Como muchas startups, Strollaround se enfrentó a un contexto inesperado: la pandemia global. La caída del turismo y las restricciones de movilidad obligaron a congelar el crecimiento del proyecto y replantear su viabilidad. Pero el valor creado no se perdió.

Strollaround sigue siendo un caso de éxito en cómo el branding puede generar nuevos comportamientos de consumo, abrir categorías, construir comunidad y transformar un servicio funcional en una experiencia significativa.