Boston Pizza, una icónica marca de restauración especializada en pizzas al estilo americano, necesitaba renovar su identidad visual para conectar con una audiencia joven, urbana y digital, sin perder la autenticidad y el espíritu popular que siempre la caracterizó. El objetivo era crear una marca poderosa, fácilmente reconocible y adaptable a múltiples soportes, desde el packaging hasta entornos digitales, sin renunciar a su ADN gráfico y su tono informal.

El trabajo comenzó con un moodboard cuidadosamente diseñado que nos permitió aterrizar el universo visual de la marca. Este universo estaba inspirado en el lenguaje del cómic norteamericano, el arte pop, los carteles vintage, el grafismo deportivo y la estética del fast food clásico. Este mix nos dio las claves para crear una identidad dinámica, expresiva y altamente memorable.

La nueva identidad de Boston Pizza funciona como un universo visual reconocible, versátil y muy aplicable a todos los puntos de contacto con el consumidor: desde el packaging hasta el vestuario del staff, pasando por el diseño web, redes sociales o el local físico. El nuevo branding refleja una marca desenfadada, potente y popular, con una fuerte personalidad gráfica que permite competir en un mercado saturado con una voz propia.