Impact Night 2025: donde el futuro empresarial se teje con propósito.
- Antonio Horcajo Nicolau

- 23 oct
- 3 Min. de lectura
De la inspiración al compromiso
Anoche viví algo que merece ser contado.
Gracias a Marc Morillas descubrí Netmentora Catalunya y tuve la suerte de asistir a su Impact Night 2025, una cita que reúne a más de 200 líderes, empresas e instituciones para celebrar lo que de verdad importa: el impacto real, el liderazgo compartido y la construcción de comunidad.
Confieso que no sabía muy bien qué esperar… y salí impresionado.
No por el escenario, ni por los premios, ni por la puesta en escena (aunque todo estuvo a la altura). Lo que me impactó fue la energía colectiva que se respiraba. La generosidad de quienes comparten su experiencia no para lucirse, sino para acompañar. La humildad de quienes emprenden desde la convicción, no desde el ego. La calidad humana de todos los que hacen posible esta red.
Y también, por qué no decirlo, por reencontrarme con viejos amigos y conectar con gente que está liderando desde otro lugar.

De la visibilidad a la legitimidad
Lo que más me resonó de la noche es que este no es un evento más. Impact Night no busca solo dar visibilidad a startups brillantes. Va un paso más allá: les ofrece un espacio de validación simbólica. De legitimidad.
Aquí los proyectos no se premian por prometer, sino por demostrar. Porque, como bien decían durante la noche, ya no basta con tener una buena historia que contar. Ahora hay que tener una estructura que lo sostenga.
Y eso se nota en las tres categorías premiadas:
Impacto ESG: cuando el propósito deja de ser relato y se convierte en modelo de negocio
Proyectos como IMA Health, Segundo Plato o KOA Biotech no hacen comunicación de impacto. Son impacto. No adornan, transforman. No solo tienen tecnología, tienen una misión operativa que les da dirección.
Cada uno lo aborda desde un ángulo distinto —salud, economía circular, biotecnología— pero comparten una visión común: el propósito no se maquilla, se construye desde el producto.
2. Disrupción: tecnología que mejora la vida, no que la complica
Lo que más me gustó de esta categoría fue cómo se reformula el concepto de “disruptivo”.
Aquí se premian empresas como Fabbric, Mathew o Citring, que entienden que la tecnología solo tiene sentido si mejora lo cotidiano. Que no se trata de crear por crear, sino de aportar valor real. Porque hoy la verdadera innovación no está en lo espectacular, sino en lo útil. Y sobre todo, en lo humano.
3. De emprendedor a empresario: el paso más difícil… y el más valiente
Esta categoría me tocó especialmente. Ver cómo personas como Ana Llaudet, Noè Alexandre o Teresa Pueyo (Superlativa) han convertido su visión personal en una organización con alma, con cultura, con estructura… es profundamente inspirador.
El liderazgo del futuro no se mide por volumen, sino por coherencia. Y estos proyectos lo demuestran.

Algunas ideas que me llevo y confirman nuestra forma de hacer:
El propósito se ejecuta, no se proclama.
Todas las startups finalistas practican el storydoing: hacen lo que dicen. Y eso cambia por completo la forma en la que construyen marca.
La innovación útil es la que reconecta con lo humano.
Tecnología sí, pero con criterio, con ética, con empatía. El futuro será eficiente, pero también debe ser más amable.
La empresa como red social real (no digital).
Estas compañías entienden que emprender es generar valor económico, pero también cultural y emocional. Y que crecer no es escalar a cualquier precio, sino crear estructuras sanas, sostenibles y conectadas.
La marca como capital simbólico.
Participar en eventos como este no solo posiciona. Legitima. Y eso, para cualquier startup, vale más que mil campañas de paid media.

¿Y qué pinta identty en todo esto?
Mucho. Porque las empresas que conocí anoche no necesitan sólo un logo. Necesitan una marca que les ayude a sostener su visión, a escalar sin perder el alma, a conectar desde la autenticidad.
En identty trabajamos con ese tipo de compañías. Las que construyen desde el propósito, no desde el PowerPoint. Las que entienden que la marca no es solo una capa estética, sino una herramienta estratégica para crecer con sentido.
Por eso salí de Impact Night con la sensación de haber encontrado algo más que inspiración: encontré afinidad. Con una comunidad que está marcando el camino. Con proyectos que demuestran que otro tipo de liderazgo es posible. Y con personas que creen, como nosotros, que el impacto no se mide en KPIs, sino en cómo haces sentir a los demás.




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