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El diseño de espacios comerciales: una cuestión de marca, no de arquitectura.

Foto del escritor: Antonio Horcajo NicolauAntonio Horcajo Nicolau

Caminar por una calle comercial y observar la oferta de tiendas forma parte, consciente o inconscientemente, del ritual del paseo y del "ir de compras". Muchas marcas han optado por seguir tendencias arquitectónicas en lugar de construir espacios desde su identidad, lo que ha llevado a que muchos establecimientos sean prácticamente intercambiables entre sí. Sin embargo, los espacios comerciales deberían ser algo más que simples escaparates funcionales: deben ser una extensión tangible del ADN de la marca.


Diseñar desde la arquitectura puede generar espacios bonitos y modernos, pero sin un alma definida. Diseñar desde el branding, en cambio, permite crear entornos memorables que conectan con el consumidor a un nivel emocional y refuerzan el posicionamiento de la marca. En este artículo, exploramos por qué la identidad de marca debe ser el punto de partida en la creación de espacios comerciales y cómo algunas marcas nacionales han entendido esto a la perfección.


Cuando se diseña desde el branding, cada elemento del espacio contribuye a construir un universo de marca sólido.

El diseño de espacios comerciales es una disciplina compleja que va más allá de la mera disposición de elementos arquitectónicos. Debe ser una manifestación tangible de la identidad de una marca, una herramienta estratégica que debe alinearse con sus valores, ambiciones y objetivos. Por tanto, diseñar un espacio comercial no es sólo una cuestión estética o funcional. No se trata únicamente de elegir materiales de moda, seguir tendencias arquitectónicas o diseñar un espacio que luzca bien en fotografías. Un espacio comercial debe ser, ante todo, un punto de contacto fundamental entre una marca y sus clientes, una oportunidad única para comunicar su identidad, valores, propósito y claro, potenciar la venta de sus productos o servicios.


La marca es la esencia de cualquier negocio. Define su identidad, su personalidad y la forma en que quiere ser percibida. Si el diseño de un espacio comercial se basa únicamente en criterios arquitectónicos, se corre el riesgo de crear un entorno visualmente atractivo, pero sin alma, sin historia y sin capacidad de conectar emocionalmente con el cliente.


Por el contrario, cuando se diseña desde el branding, cada elemento del espacio contribuye a construir un universo de marca sólido. Desde los colores y materiales hasta la iluminación y la distribución del espacio, todo forma parte de un relato coherente. Un espacio comercial bien diseñado no sólo debe facilitar la compra, sino hacer que esta se convierta en un momento memorable. La experiencia del cliente empieza desde el instante en que cruza la puerta y se extiende a cada interacción con la marca dentro del espacio.


Un buen ejemplo de diseño basado en branding lo encontramos en Camper, la marca española de calzado. Sus tiendas no son meras zapaterías, sino manifestaciones físicas de su identidad. Cada espacio tiene una personalidad única, diseñada por distintos arquitectos, pero siempre alineada con su carácter disruptivo e innovador. En su tienda de Barcelona, por ejemplo, han trabajado con el diseñador Jorge Penadés para crear un espacio hecho de restos de materiales reciclados, reforzando así su compromiso con la sostenibilidad y la experimentación.

Camper Shangai, Schemata Architects
Camper Shangai, Schemata Architects

Otro caso interesante es el de Tous, la marca de joyería catalana, que ha evolucionado su concepto de tienda para reflejar su posicionamiento como una marca contemporánea y cercana. Con una estrategia que integra espacios más cálidos y experienciales, sus nuevas tiendas buscan que el cliente no solo compre, sino que se sienta parte del universo Tous.


Joyería Tous, by Culdesac
Joyería Tous, by Culdesac

Diseñar desde la marca significa entender que la experiencia del cliente es el núcleo de todo el proceso. Un espacio comercial debe contar una historia, transmitir una sensación y reforzar los valores de la empresa. Un espacio comercial bien diseñado no solo debe facilitar la compra, sino hacer que esta se convierta en un momento memorable. Antes podíamos decir que la experiencia del cliente empezaba desde el instante en que cruzaba la puerta, a día de hoy esa experiencia es mucho más holística y se extiende a cada interacción con la marca fuera y dentro del espacio. Este punto es fundamental tenerlo en cuenta siempre que afrontemos un nuevo espacio de venta para una marca. 

Un espacio comercial bien diseñado no sólo debe facilitar la compra, sino hacer que esta se convierta en un momento memorable

Otro ejemplo interesante de espacio de venta conectado a marca es la tan mencionada Apple, que han llevado esta idea al extremo. Sus tiendas no están diseñadas como simples puntos de venta, sino como templos de innovación y diseño. La disposición abierta, la ausencia de mostradores tradicionales y la presencia de expertos en lugar de vendedores generan una sensación de exclusividad y cercanía con la marca. Aquí, el diseño no es un capricho estético; es una declaración de intenciones.


Apple Store, La Maquinista
Apple Store, La Maquinista

Otro aspecto interesante a tener en cuenta en el diseño de un espacio comercial es el storytelling. Las marcas evolucionan y sus espacios comerciales deben hacerlo también. Un diseño rígido y puramente arquitectónico puede volverse obsoleto con rapidez. En cambio, un diseño basado en el branding permite una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a nuevos formatos, tecnologías y comportamientos del consumidor.


Un espacio comercial debe contar una historia. Cada decisión de diseño debe tener un propósito y contribuir a la construcción de un relato coherente con la identidad de la marca. En este aspecto, marcas como Aesop han demostrado cómo el diseño puede ser un vehículo de storytelling. Cada tienda de Aesop es única, pero todas comparten un lenguaje visual alineado con la filosofía de la marca: sofisticación, naturalidad y un cuidado extremo por los detalles. No se trata de seguir una fórmula predefinida, sino de diseñar espacios que cuenten la historia de la marca de una manera auténtica y relevante para cada contexto.


Tienda Brava Fabrics, by La boqueria.
Tienda Brava Fabrics, by La boqueria.

El diseño desde la marca no sólo garantiza coherencia visual, sino que también crea una experiencia sensorial alineada con sus valores. La elección de materiales, iluminación, sonido e incluso aroma refuerza la identidad y la conexión con el cliente. Marcas como Zara o Abercrombie & Fitch han desarrollado identidades olfativas que fortalecen la experiencia de compra y generan asociaciones inconscientes con la marca.



Concept store para Mango by identty
Concept store para Mango by identty


Cuando un espacio comercial sigue únicamente tendencias arquitectónicas, puede resultar atractivo pero fácilmente reemplazable. Lo moderno hoy puede ser obsoleto mañana. En cambio, un diseño basado en la marca es atemporal, ya que responde a una identidad clara y a una estrategia bien definida.


El diseño comercial no es solo estética; es una herramienta de branding que transforma la tienda en un espacio que va más allá de la venta, reforzando su identidad y generando experiencias que fidelizan al cliente. Porque un espacio comercial no es sólo un punto de venta, es el escenario donde una marca cobra vida y forma parte de un entorno. 


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